Autoclub nº 242 Educación vial

Siete claves anti furia

¿Cuántas veces fuimos parte o sufrimos la ira de otra persona al volante? Hoy más que nunca, el ritmo de las grandes ciudades hace que las calles sean escenario de bocinazos, conductores o peatones que no respetan las normas de tránsito, cortes y demás situaciones de tensión que llevan a que las personas asuman actitudes agresivas, que incluyen insultos, amenazas y, en ciertos casos, hasta peleas físicas. Nadie está exento de atravesar una situación de agresividad en las calles, pero sí es posible tener en cuenta algunas recomendaciones para tomar distancia y poder controlar los impulsos.


#1.
Cuidá el entorno

Si nuestro recorrido forma parte de la rutina diaria, es importante generar un contexto de calma y tranquilidad para atravesar ese tiempo en la calle, sobre todo si se trata de horas pico donde sabemos que el tránsito será complicado. Colocar una buena música, un aroma relajante y hasta aprovechar los momentos de detención para respirar profundamente pueden ayudar a calmar ansiedades y manejar ciertos impulsos. Evitarlos es fundamental porque los episodios de ira generan estrés, pérdida de atención, aumento de la fatiga y, por ende, estamos más permeables a transgre-dir las normas de tránsito. Y esto no sólo pone en riesgo la seguridad de la persona que conduce, sino también de terceros que viajan en el mismo vehículo, otros vehículos y los peatones.

#2.
Evitá los gestos provocadores

Pocas cosas enojan más a otro conductor o peatón que recibir un gesto obsceno. Si bien la cultura latina nos lleva a manejarnos en la cotidianidad con gestos para expresarnos, se recomienda siempre evitarlos cuando uno está en una situación de tensión al volante. Todos los gestos con las manos y la cara que demuestren disgusto o provoquen, es preferible evitarlos. Detrás de las expresiones de enojo, la mayoría de las veces. se encuentran otras causas, como por ejemplo ansiedad y estrés. Por lo que si nos vemos habitualmente envueltos en este tipo de situaciones, no sólo hay que evaluar los factores que surjan al momento de conducir y enfrentarnos con las variables del tránsito, sino además cómo estamos predispuestos, ya que otras situaciones que nos estén afectando nos provocarán reaccionar indebidamente frente a un error o distracción
de otro conductor o peatón.

#3.
No a los conductores agresivos

Ante el cruce con un conductor que demuestra estar actuando de manera inapropiada, lo mejor es cederle el espacio para evitar cualquier interacción; y en caso de que insista, evitar tener contacto visual. Muchas veces la provocación llega sólo con una mala mirada. Sostener la mirada cuando se está en una situación de tensión puede convertirse en un duelo personal, y cuando las cosas se vuelven personales, todo puede salirse de control rápidamente. Por eso, siempre es mejor respirar antes que reaccionar y seguir el recorrido.

#4.
Mantenete a salvo

Incluso cuando el que cometió el error fue el otro, lo peor que se puede hacer es iniciar una carrera de persecución. Seguirlo puede no sólo poner en riesgo a la persona que conduce sino también a terceros. Tampoco es recomendable bajarse del auto, sobre todo si se considera que la otra persona tiene la intención de iniciar una discusión que puede terminar con una agresión física. Siempre, ante una infracción y un conductor o peatón agresivo del otro lado, lo mejor es pedir ayuda y no conducir de vuelta al hogar. Los especialistas recomiendan dirigirse a lugares adonde haya personas, una comisaría o un centro comercial donde se pueda alertar a otros que hay una situación de peligro.

#5.
Descansar si es necesario

En caso de trayectos largos, una buena idea es detener el vehículo para estirar las piernas, cambiar de aire e incluso hacer un corte para un café. Si sabemos que el recorrido nos va a poner de mal humor, ya sea por el tránsito o porque venimos de un mal día, es muy probable que la persona experimente algún síntoma de agresividad. Los especialistas recomiendan no conducir por más de dos horas seguidas. Manejar es una tarea cansadora, que requiere mucha concentración, y que se realiza en una postura estática que termina resultando incómoda. Y esto no sólo impacta de forma física sino también mental, lo que da como resultado menos tolerancia frente a situaciones inesperadas que puedan surgir en el camino.

#6.
Ser tolerante y perdonar

Es importante tener siempre, como primer pensamiento, que del otro lado hay una persona y comete errores, y es muy probable que pueda haber tenido realmente un mal día o tratarse de una distracción. Si se parte de este pensamiento, uno se dará cuenta de que no se trata de algo personal, lo que generará un ambiente propicio para poder dialogar y comprender al otro primero y de este modo resolver la situación de manera amigable.

#7.
Pensá en cómo reaccionás

Es muy difícil predecir cuándo algo o alguien provocará en nosotros una reacción indebida, pero sí es posible saber cómo vamos a reaccionar si nos conocemos mejor. En muchos casos el conductor usa el vehículo como una prolongación de su cuerpo para manifestar que ha sido agredido, otras utiliza impulsivamente la bocina, en algunos casos acelera para ponerse a la par e iniciar una discusión, entre otras muchas reacciones. Si uno logra darse cuenta de estas reacciones y tomar distancia, identificando por qué se está molesto, puede ayudar a un mejor razonamiento sobre las acciones futuras. Es decir, permanecer decidido y no impulsivo. Todo ello facilita a mantener cierto control sobre nosotros mismos para disminuir la probabilidad de involucrarse con otros conductores
de manera agresiva.