Siete vidas
De John Grisham
(DEBOLSILLO)
Colección de cuentos del gran narrador norteamericano John Grisham, ambientada en el mismo pueblo de Missisippi que “Tiempo de matar”, su primera novela. Contiene siete relatos entretenidos, conmovedores y con humor. Hay personajes muy queribles y también otros que no lo son. Entre abogados y oportunistas siniestros, se destacan los amigos que viajan a una gran ciudad para donar sangre a un conocido accidentado, pero que se pierden deslumbrados por bailarinas del caño; una madre y dos hermanos explotados durante años por un falaz pariente condenado a muerte; alguien harto de las quejas de una esposa mediocre y odiosa; el enfermo de SIDA que debe pasar sus últimos días con una desconocida porque sus padres y parientes no aceptan cuidarlo ni oír la palabra “homosexual”.
El dilema de los próceres
De Jorge Fernández Díaz
(ALFAGUARA)
Esta obra puede ser considerada un thriller sorprendente, pletórico de vueltas de tuerca y de claves históricas y culturales. También una novela con aventuras, suspenso y humor, que seguramente puede conmover a los lectores por la simplicidad de la narración y, a la vez, por la profundidad de sus personajes en situaciones a las que se enfrentan. Los escenarios son Londres, Boulogne-sur-Mer y el imaginado Buenos Aires de principios del siglo XIX y parte del siguiente, donde acechan cuchilleros, militares capaces de todo, Victoria Ocampo, Evaristo Carriego y Horacio Quiroga. Hasta Jorge Luis Borges es utilizado en esta narración, al tomar el lugar de Watson cuando Sherlock Holmes intenta desbaratar una conspiración vinculada con José de San Martín y Juan Manuel de Rosas.
Los pacientes del doctor García
De Almudena Grandes
(TUSQUETS)
Los lectores de la primera obra de ficción de esta escritora madrileña, la novela porno “Las edades de Lulú”, seguramente se asombrarán de su evolución literaria, que la ha sumergido en las penurias de la guerra civil que desangró a su país entre 1936 y 1939, y en la cruenta dictadura de Francisco Franco, ganando hace meses el Premio Nacional de Literatura de España con este libro. Con conmovedores y complejos personajes reales y ficticios llega ahora a los lectores, revelando cómo era la insoslayable red de protección de criminales nazis en su país, en el Vaticano y en la Argentina en la década 1945-1955; y el esfuerzo de hombres y mujeres que, superando la depresión de que les causó aquella derrota bélica, se jugaron la vida para que el mundo conociera esa realidad.
Opus Gelber
De Leila Guerriero
(ANAGRAMA)
Aunando literatura con el mejor periodismo, Leila Guerriero revela en esta obra de no ficción la intimidad de Bruno Gelber, uno de los pianistas más prestigiosos del mundo. Para ello lo entrevistó durante un año en su lujoso departamento del barrio porteño de Once, lleno de fotos de su madre, de la actriz Laura Hidalgo y de un joven futbolista con quien compartió una historia de amor. Tras asistir a clases con selectos alumnos, acompañarlo a cenas y conciertos, y dialogar con su hermana, asistentes y amigos como la duquesa de Orleans y Gino Bogani, la autora de este opus reproduce confesiones, gestos y expresiones que desnudan la personalidad del músico y hacen que el lector se transforme en un espectador privilegiado de lo que forjó a este personaje en un genio musical.
Juan Gálvez. El campeón eterno
De Ricardo Gálvez
(GALERNA)
Un excelente libro sobre aquel mítico corredor que junto a su hermano Oscar, Juan Manuel Fangio y José Froilán González hicieron la historia del automovilismo argentino. Su autor es nada menos que su hijo Ricardo, que redacta en más de quinientas páginas el derrotero de polvo y barro de este verdadero monstruo de las competencias automovilísticas. Hay un dato que sirve como ejemplo para visibilizar la dimensión que alcanzaron Juan y Oscar: ganaron entre ambos más de cien carreras.
La obra se sumerge en la relación de los dos hermanos, que además de competir con otros corredores lo hacían permanentemente entre sí. Libro muy bien documentado, con la versión de familiares y amigos, y la investigación en innumerables artículos periodísticos del deporte motor que siguieron su cadena de triunfos y hasta su incursión en el cine y la política. Hoy Juan y Oscar están inmortalizados con absoluta justicia en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, que lleva sus nombres.
