Con las consecuencias surgidas a partir de la aparición del Covid, estallaron las consultas en internet sobre cómo reforzar el sistema inmunitario. Un estudio publicado por The New York Times sobre las investigaciones realizadas por distintas universidades revela cómo funcionan las defensas del organismo.
¿Es posible reforzar el sistema inmunitario? Con esa pregunta arranca la periodista científica Tara Parker-Pope el interrogante que pesa sobre gran parte de la humanidad y que fue una de las principales consultas a partir de los temores generados por la pandemia. Si bien está comprobado que la genética es relevante en el sistema inmunitario, también son sumamente importantes el buen descanso, la dieta sana y las actividades físicas. Elementos que, en equilibrio, ayudaran a una mejor predisposición del organismo para enfrentar las enfermedades.
El estrés. Las preocupaciones de la vida cotidiana pueden influirnos negativamente. Según un estudio de la Universidad Carnegie Mellon que duró varios años sobre un grupo de voluntarios expuestos al virus del resfrío, descubrió que quienes declaraban no sufrir estrés luego de estar en cuarentena estaban menos expuestos a contraer el resfrío.
La Universidad de Ohio, en una serie de investigaciones, descubrió que los matrimonios a los que se les aplicaron pequeños pinchazos en sus brazos y luego fueron expuestos a discutir temas graves por un lado y agradables por otro, en el primer caso demoraban un día más en cicatrizar las heridas que las del segundo caso.
La conclusión es que los problemas matrimoniales en circunstancias de alto nivel de hostilidad, tardaban más tiempo en restablecerse de las heridas físicas y que el cuerpo responde mejor cuando no está expuesto al estrés.
El sueño. El sistema inmunitario habituado a un buen descanso está mejor preparado para enfrentar las infecciones. En una investigación realizada en más de 150 hombres y mujeres, también expuestos al virus del resfrío, descubrieron que las personas que dormían menos de 6 horas se enfermaron más que los que dormían más de 7. El riesgo se incrementaba sobre aquellos que dormían menos de 5 horas.
La vitamina D. Las posibilidades de contraer enfermedades respiratorias pueden variar en función de los niveles de esa vitamina en el organismo. El cuerpo necesita una determinada cantidad de vitamina D para generar las proteínas antimicrobianas que lo defienden del ataque de virus y bacterias. La vitamina D se encuentra en los pescados grasos, el salmón, en los lácteos y en alimentos enriquecidos con esa vitamina. Es importante la exposición al sol como regulador de la misma. Las personas que no están expuestas como es el caso de los habitantes del norte del planeta, suelen tener menos vitamina D que los de otras latitudes. Es importante consultar con el médico sobre los niveles de vitamina D y las posibilidades de incorporar un suplemento.
El alcohol. Varias investigaciones han encontrado que el consumo excesivo de alcohol es más susceptible a las enfermedades respiratorias. Además altera el número de microbios del sistema intestinal, puede dañar pulmones y afectar el sistema inmunitario de las mucosas. La sugerencia médica es el consumo moderado y la recomendación es una copa de vino para las mujeres y dos en el caso de los hombres.
La dieta y la actividad física. La dieta equilibrada y el ejercicio son muy importantes para mantener un sistema inmunitario fuerte. Circulan en las redes sugerencias sobre ciertos alimentos y remedios naturales que refuerzan el sistema inmunitario, pero no hay nada probado a nivel científico. La dieta mediterránea es la más recomendable: verduras y frutas, así como granos integrales, legumbres, pescados y mariscos y aceite de oliva. También alimentos como el huevo, el queso, el yogur y las carnes rojas en determinadas ocasiones y siempre que el ejercicio se realice habitualmente.
